viernes, 16 de octubre de 2015

La niebla

Volvía a casa andando después del colegio, avanzando con parsimonia entre una bruma densa como pocas veces he visto en la ciudad. Seguramente era otoño, a principios de curso, poco antes de las fiestas del Pilar, época en la que solían levantarse persistentes nieblas que bajaban por el valle del río Ebro cubriendo el barrio por completo.

La niebla
La niebla - Dominio Público

Me acompañaba mi amigo Rafa, que vivía junto al macro bloque de viviendas Kasan, a sólo dos centenares de metros de mi casa. Nos separamos a la altura de "la colmena" y, mientras yo seguía recto por la acera, él se dispuso a cruzar perpendicularmente la calzada. Aún no había llegado al otro lado de la avenida cuando la neblina ya lo había engullido completamente. "¿Estás ahí, Rafa?", le grité, pero no llegó respuesta alguna, había caído presa de la niebla y sus invisibles moradores, quizás para siempre. No me quedé del todo tranquilo hasta que lo vi aparecer de nuevo en clase al día siguiente.

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