lunes, 19 de mayo de 2014

Gomaespuma

En la guardería había un chico en mi clase que tenía algún tipo de discapacidad intelectual, no recuerdo bien si era Síndrome de Down o algún otro problema de esa índole. Pero a todos los efectos era un compañero más y participaba en todas las actividades con normalidad, salvo por el hecho de que tenía la insana costumbre de llevarse todo a la boca. Que conste que no achaco su comportamiento a su discapacidad, porque mi hermana pequeña tiene Síndrome de Down y nunca ha hecho nada semejante.

Gomaespuma
© Johan - Wikimedia Commons

El caso es que si por ejemplo estábamos haciendo trabajos manuales con plastilina, ésta acababa irremediablemente convertida en una pasta viscosa dentro de su boca. Y cuando después de comer apagaban las luces y nos echábamos una pequeña siesta tumbados en las colchonetas de gomaespuma, se las apañaba para ir sacando poco a poco el relleno de su funda y degustarlo con pasión. No se yo, pero me da que no era un postre muy saludable.

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