lunes, 5 de mayo de 2014

Un par de pistolas

Mi padrino, también tío y tocayo mío, estuvo viviendo muchos años con su familia en Madrid. Una vez, estando de visita en su casa, me enviaron a la calle a comprar el pan. Me dijeron: "pide un par de pistolas, que aquí las barras de pan se llaman así". Pero yo me quedé muy mosqueado, ¿me estaban tomando el pelo para que hiciera el ridículo en la tienda y poder reírse un poco a mi costa?

Un par de pistolas
© cocoparisienne - Pixabay

Con reticencia bajé a la panadería, que estaba muy cerca en la misma calle, y mientras aguardaba mi turno me iba poniendo cada vez más y más nervioso. Cuando por fin me tocó pedir, dudé un instante si llamar al pan pan y al vino vino, pero finalmente seguí las instrucciones de mi tío al pie de la letra.. y respiré con alivio cuando vi como me servían lo que había solicitado.

Lo más curioso es que el panadero me caló en seguida y me preguntó si era de Zaragoza. Creo que es la única vez en la vida que alguien ha adivinado mi lugar de procedencia sólo con escucharme hablar, quizás con los nervios me salió ese acento maño tan cerrado que todos mis paisanos llevan dentro, yó ínclúídó.

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