lunes, 9 de junio de 2014

Como pez en el agua

Si existe la reencarnación seguro que en una vida anterior fui un pez, o tal vez un delfín, porque cuando estoy dentro del agua me siento como en casa. Aunque no siempre fue así. No creo que las criaturas marinas tengan que pasar por una fase de aprendizaje para desenvolverse con normalidad en su medio natural, pero en cambio yo si.

Como pez en el agua
© Claudia14 - Pixabay

Recuerdo que cuando inauguraron la piscina del Parque de Atracciones fuimos con mis padres a disfrutar de un día de relax, y cuando estábamos en el agua, en una zona donde cubriría apenas un metro, mi madre me soltó, o me resbalé, y me hundí sin remedio. Fueron unos segundos angustiosos, pataleando y braceando sin conseguir salir a flote, hasta que los brazos de mi madre me rescataron y me llevaron a la superficie de nuevo. Me sentí totalmente impotente.

Años más tarde, mi tío segundo Michel nos enseñó los rudimentos de la natación en las piscinas del Parque Deportivo Ebro, y un verano mis padres nos apuntaron a un curso de perfeccionamiento en las mismas instalaciones. El primer día el profesor nos hizo saltar uno a uno a la parte más profunda de la piscina olímpica, y uno a uno mis compañeros se hundían sin remedio, como yo años antes. Cuando llegó mi turno salté con todas mis fuerzas, pero decidí que no me iba a pasar como al resto, así que justo al tocar el agua abrí y retorcí las piernas para amortiguar la zambullida, de tal forma que mi cabeza nunca llegó a sumergirse y permanecí flotando en la superficie. Yo no lo vi tan raro, pero debió de ser algo poco habitual e imprevisto, porque hasta el monitor se quedó impresionado y me ovacionó delante de todos.

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