lunes, 28 de abril de 2014

Comida para osos

De vez en cuando íbamos en familia a pasear por el Parque Bruil y, ya de paso, contemplar embelesados a la osa que vivía allí. La tenían hacinada en una especie de cueva artificial, con rejas en la parte delantera para que los visitantes pudieran admirarla en todo su esplendor. Aunque no parecía muy espléndida, una osa vieja, cansada, aburrida, sin nada que hacer en todo el día y con poco espacio para explayarse. Sin embargo, para un niño pequeño tenía su encanto, y supongo que fue el origen de un sueño recurrente que tenía por aquella época.

Comida para osos
Oso grizzly - Dominio Público

Un oso hambriento me perseguía mientras bajaba por las escaleras de casa a toda prisa, saltando los escalones de dos en dos, o de tres en tres, desde el sexto piso en el que vivíamos. Poco a poco el animal me iba ganando terreno, si algo he aprendido viendo películas como "Grizzly" es que no puedes escapar de un oso, es mucho más rápido y fuerte que tú, y para colmo trepa a los árboles y sabe nadar, ¡no tienes dónde esconderte! Al final del sueño, cuando ya lo tenía casi encima, más o menos a la altura del segundo piso donde vivían mis tíos, acababa rindiéndome y en mitad de un rellano me transformaba en un gran chuletón de carne y quedaba tirado en el suelo a la espera de ser devorado.

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