martes, 28 de octubre de 2014

Uno más en la familia

Mi hermano pequeño nació el 28 de octubre de 1982, el mismo día en que el PSOE ganó las elecciones generales y Felipe González se convirtió en el tercer presidente del Gobierno de España desde nuestro regreso a la democracia. Un par de noches antes mis padres estaban viendo un mitin suyo en la tele, entré al salón para darles un beso e irme a la cama, pero me quedé unos minutos de más escuchando el discurso totalmente embelesado. Fue una premonición, no tuve ninguna duda de que ese hombre iba a ganar.

Uno más en la familia
© jill111 - Pixabay

Supongo que influenciados por la proximidad de los comicios hicimos un sorteo en casa para decidir el nombre del nonato. Cada uno escribió en un papel un nombre de chico y en otro uno de chica, ya que entonces aún no estaba extendido el uso de las ecografías para conocer el estado y el sexo del bebé, y una mano inocente eligió uno de cada. Creo que yo puse Carlos y Rosana. No recuerdo qué nombre de niña resultó agraciado, pero el de niño fue Jesús, el que había elegido mi hermano Rubén.

El día de las elecciones generales mi madre se puso de parto y mi padre la llevó al hospital. El resto nos quedamos en casa con mi tía Jovita y, después de una tensa espera, el teléfono del pasillo sonó por fin a las tres en punto de la tarde para darnos la buena nueva. El bebé era niño, rubio y de ojos azules, como había vaticinado mi prima Almudena. Jesús, el cuarto hermano varón, mi hermana se resistiría a llegar durante unos cuantos años más.

Y si ya entonces en el barrio se oían voces murmurando que algunas mujeres parían como conejos, en clara alusión a nuestra familia numerosa y a alguna más como la de mi amigo José Javier, que tuvo una hermana pequeña más o menos por la misma época, me hubiera gustado saber qué pensaban cuando al fin llegó mi hermana. Pero esa es otra historia, y para entonces ya vivíamos en otro barrio.

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