lunes, 9 de mayo de 2016

Los guardianes de la escalera

La hija de los vecinos de arriba tenía un par de años más que yo, y era una chica fea, corpulenta y arisca. No tengo ni idea de qué es lo que le atraía de ella a mi hermano Daniel. Afortunadamente para todos los que no la aguantábamos y no la queríamos dentro de nuestra familia, la vecina pronto se echó un novio aún más feo, corpulento y arisco que ella.

Los guardianes de la escalera
© kevlar - Flickr

A última hora de la tarde la parejita acostumbraba a sentarse a charlar, comer pipas y fumar dentro del portal, acomodados en los primeros peldaños de la escalera, cuyo acceso quedaba completamente bloqueado. Por supuesto, si venía cualquier vecino se levantaban amablemente y le cedían el paso, salvo si ese vecino era un servidor. Yo vivía en el primer piso y siempre subía andando, pero a menudo, cuando volvía a casa después de entrenar, me los encontraba en actitud melosa y me pedían de malas maneras que cogiera el ascensor. Obviamente me negaba, y entonces apelaban a que eran mayores que yo y debía guardarles un respeto que no se habían ganado. Algunas veces cedía, otras me quedaba allí de pie hasta que me dejaban pasar y, puntualmente, trepaba por la pared y saltaba la barandilla accediendo a la escalera justo un tramo por encima de ellos, que se quedaban abajo farfullando y protestando, pero sin llegar a levantarse.

Para colmo de males, eran unos guarros y siempre dejaban la escalera llena de cáscaras de pipas y colillas, no sé cómo el resto de vecinos no protestaban. Un día, harto de su comportamiento desagradable y anticívico, recogí con cuidado todos los desperdicios que habían dejado y los deposité en el buzón de su casa. Sus padres no tenían culpa de nada, y seguro que se sorprendieron ante el regalito que se encontraron a la mañana siguiente cuando abrieron el buzón.. ¡pero funcionó! Seguramente conocían la procedencia de esos restos y le cantaron las cuarenta a su hija, porque desde aquel día no volvieron a ensuciar la escalera, y hasta querría pensar que empezaron a ser un poquito más amables conmigo.. No, eso seguro que no.

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