viernes, 28 de febrero de 2014

Abracadabra, pata de cabra

El metro no es únicamente un medio de transporte relativamente rápido y agobiante para llevar a su destino a estresados estudiantes y trabajadores anónimos. También hay sitio para la magia. Como demuestra aquel señor que, vestido con su mejor traje y calzado con unos zapatos blancos y negros de reluciente charol, se plantó en medio del vagón en el que viajaba con su carrito, puso música de ambiente en el altavoz de la parte inferior, encendió una tira de leds para adornar la mesita de la parte superior, donde tenía apoyada la chistera púrpura de purpurina, y se dispuso a regalarnos unos cuantos trucos de manos, sin necesidad de palabras.

Abracadabra, pata de cabra
© tomthemagician - DeviantArt

No es que fuera especialmente bueno, pero se defendía. El primer truco consistió en enseñarnos un libro en el que todas las páginas estaban vacías. Hizo unos pases mágicos con la mano y de repente el libro estaba repleto de dibujos en blanco y negro. Hizo otros pases mágicos y de repente el libro tenía todos los dibujos coloreados. Y finalmente hizo sus pases mágicos de nuevo y el libro volvía a estar vacío. Después hizo un truco con cuerdas y nudos, y se despidió jugando a hacer desaparecer y aparecer un pañuelo de seda. Abracadabra, pata de cabra.. et voilà!

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