lunes, 3 de noviembre de 2014

Lost

Aquel día habíamos salido a dar una vuelta en familia por el barrio. Apenas nos habíamos alejado unos pocos metros del portal de casa cuando me despisté un momento, quizás contemplando el escaparate de una tienda cercana, y al volver a mirar a mi alrededor ni mis padres ni mis hermanos estaban a la vista. De repente me encontraba completamente solo, perdido en nuestra calle justo al lado de casa, y me eché a llorar desconsoladamente como si me hubiera extraviado en algún lugar hostil y desconocido.

Lost
© maartmeester - Flickr

Mi reacción no fue por miedo o desesperación, pues era plenamente consciente de que no tenía motivos reales para preocuparme, sino más bien porque no sabía cuánto tiempo iba a tener que esperar a que volvieran a por mi, ni la magnitud de la bronca que me iba a llevar. Pero la espera no duró mucho y a los pocos segundos apareció mi madre, que me había estado vigilando desde una esquina cercana para ver cómo reaccionaba a mi despiste. Creo que no pasé el test.

No hay comentarios:

Publicar un comentario