lunes, 27 de abril de 2015

Dardos de verdad

Cuando yo era niño los dardos eran de verdad, con punta afilada de acero, no como esos de hoy en día que terminan en un pseudo-pincho de plástico que se dobla al primer impacto y no vuelve a quedar recto nunca más.

Dardos de verdad
© bogdansuditu - Flickr

Tampoco disponíamos de dianas electrónicas como las de ahora, así que cualquier conjunto de círculos concéntricos dibujados a mano en un trozo de cartón nos servían para practicar nuestra puntería. Los problemas venían cuando no acertábamos dentro del objetivo y el dardo terminaba alcanzando alguna superficie no apta para nuestros juegos. Definitivamente, como pudimos comprobar infinidad de veces, apoyar la diana en la pared de yeso de la casa o en la puerta de madera de entrada al piso era una mala idea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario