viernes, 24 de julio de 2015

El misterio de Salem's Lot

Empezaba una nueva serie de televisión, una terrorífica historia de vampiros basada en un bestseller de Stephen King, "El misterio de Salem's Lot". La habían anunciado a bombo y platillo durante semanas y yo quería verla a toda costa, pues sabía que sería la principal comidilla durante los recreos y no quería ser el único en quedarse al margen de las conversaciones. Pero mis padres, sabiamente, no estaban dispuestos a darme permiso por temor a que me provocara pesadillas.

El misterio de Salem's Lot
Drácula - Dominio Público

Al final la insistencia dio sus frutos y conseguí sentarme a disfrutar del primer episodio, cuya trama consistía en ir presentando a los múltiples personajes que siempre pueblan las historias del rey del misterio, centrándose a continuación en la llegada del vampiro al pueblo de Jerusalem's Lot, y en las primeras muertes y desapariciones aparentemente inexplicables. Sin duda, la escena cumbre del capítulo ocurre cuando una de las primeras víctimas, un niño, vuelve de entre los muertos y, flotando en el aire en mitad de la noche, comienza a golpear las ventanas desde fuera de la habitación de su mejor amigo, que se despierta aterrorizado. ¡Demasiado impactante para la mente de un niño!

Cuando me metí en la cama, un fuerte cierzo estaba agitando violentamente las persianas de mi habitación, pero en mi imaginación no podía ser otra cosa sino un vampiro que venía a apoderarse de mi sangre y de mi alma. Llamé a gritos a mis padres, lloriqueé, pataleé e imploré para que me dejaran dormir con mi hermano mayor, "el protector de los desvalidos", pues por nada del mundo estaba dispuesto a pasar solo aquella noche. Creo que al final mis padres me hicieron hueco es su propia cama. Eso sí, como es natural, ese primer capítulo fue el primero y el último que me permitieron ver.

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