lunes, 6 de julio de 2015

Karateka en paro

Poco tiempo después de irnos a vivir a nuestro nuevo barrio, en la empresa de mi padre hicieron un recorte de plantilla y él fue uno de los afectados que se quedó sin trabajo. Estuvo en el paro una larga temporada, pero no fue una época perdida, porque entre otras cosas aprovechó para sacarse el Graduado Escolar.

Karateka en paro
© teegardin - Flickr

No recuerdo que pasáramos apuros económicos, o al menos, si los hubo, nuestros padres se encargaron de no transmitírnoslos para que no nos preocupáramos y nos dedicáramos de lleno a nuestro oficio, estudiar. Sin embargo yo era plenamente consciente de la situación, por lo que procuraba no hacer gastos innecesarios y siempre que podía ahorraba la abultada propina que recibía, 25 pesetas a la semana, unos 15 céntimos de euro, por si llegaba de verdad una época de vacas flacas.

Así que un día que Miguel Ángel estaba jugando al clásico juego "Karateka" en la máquina recreativa del bar que su padre frecuentaba demasiado a menudo, yo no quise malgastar mis 25 pesetas en una partida. Además, tampoco es que se me dieran muy bien las maquinitas y sabía que mi aventura seguramente sería demasiado breve. Pero Miguel Ángel insistió e insistió y al final prácticamente me arrancó la moneda de la mano y la introdujo en la ranura.

Como había supuesto no fui capaz ni de vencer al primer adversario y el "Insert Coin" inicial se transformó rápidamente en un "Game Over". Cuando salimos del bar estaba cabizbajo, pero no por el resultado de la partida o las burlas de Miguel Ángel ante mi ineptitud con los mandos, sino por no haber sido lo suficientemente firme para hacer valer mi postura y mis intenciones ahorrativas iniciales.

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